Un día, no mucho tiempo atrás, un hombre se hallaba recostado contra un roble en un viejo parque de Surrey y escuchó que el árbol estaba pensando. Ahora bien,eso suena muy extraño... pero los árboles realmente piensan, ¿saben? Y algunas personas pueden comprender sus pensamientos. Este viejo roble, y era verdaderamente muy viejo, estaba diciéndose a sí mismo: ¡cómo envidio a esas vacas en la pradera, que pueden caminar por el campo y yo debo permanecer aquí siendo que todo a mi alrededor es tan hermoso, el sol, la brisa y la lluvia! Y yo acá, enraizado en este lugar.
Años más tarde, el hombre descubrió que en las flores del roble existía un gran poder para curar a mucha gente enferma. Así que recolectó las flores de los robles, las transformó en remedios y miles de personas fueron curadas y estuvieron sanas nuevamente.
Algún tiempo después, en un caluroso día de verano, el hombre se encontraba descansando al borde de un campo de avena y ya muy cerca del sueño oyó a un árbol pensando. Estaba hablando muy quedamente consigo mismo y decía: "Ya no me preocupo por estar atado por mis raíces a este lugar y ya no envidio a las vacas que pueden caminar por las praderas, porque ahora puedo ir a los cuatro puntos cardinales del mundo a curar a la gente que está enferma". El hombre levantó la vista y descubrió que era un Roble quien estaba pensando.
Del libro "Bach por Bach", ediciones Continente.
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